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[...] bien pueden las actitudes privadas ser malas y tender al antagonismo; lo decisivo es que las leyes impongan coercitivamente (al conjunto de ciudadanos razonables) un comportamiento público pacífico conforme a Derecho. No es que a través de una buena organización se vayan a eliminar las tendencias egoistas de los individuos; pero la organización a través del Derecho deviene el resorte por el cual el hombre se verá obligado, si no necesariamente a ser moralmente bueno, sí, en cambio, a ser un buen ciudadano. Tal tarea está al alcance de cualquier sociedad: y ello hasta el extremo, de que incluso un pueblo de demonios, siempre que estén dotados de razón, será capaz de fundar un Estado de Derecho. Kant, Zum ewigen Frieden. Ein philosophischer Entwurf. El autor, Antonio López Pina, es Profesor Catedrático de Derecho constitucional y titular de la Cátedra Jean Monnet de Cultura Jurídica Europea, Universidad Complutense. Ha sido miembro de la Comisión Constitucional del Senado en las Cortes Constituyentes y Consejero de Estado.
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