La pérdida de poder de los Estados que caracteriza la globalización se está supliendo, fundamentalmente, mediante el endurecimiento de sus políticas penales sin que, por otro lado, esta afectación de derechos comporte una mejora real en la seguridad. Sin embargo, es necesario encontrar nuevas vías. Nuevas vías que, inevitablemente, deben pasar por una mejora de la cooperación internacional en todos los ámbitos y, especialmente, en materia penal. No obstante, el Derecho internacional no está exento de problemas. Por tanto, debemos preguntarnos cuánto y, sobre todo, qué Derecho internacional en materia penal necesitamos. Para responder a esta pregunta, el presente trabajo se inicia con un análisis de la influencia de la globalización en la criminalidad y, muy especialmente, en el Derecho penal. Esta influencia determina la existencia de tres ámbitos diferenciados de actuación: los crímenes contra la humanidad, la delincuencia internacional y la cooperación entre los Estados miembros de la Unión Europea. Cada uno de estos tres ámbitos es examinado en esta obra de forma independiente, considerando sus características, principios informadores y fuentes. Constituye un intento de responder a la pregunta de cómo debe ser el Derecho penal en un mundo globalizado.