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En la formación de cualquier jurista, obviamente ocupan un lugar preferente todas aquellas materias relacionadas de un modo directo con el conocimiento del ordenamiento jurídico positivo, como pueden ser el derecho civil, el derecho penal, el derecho administrativo, el derecho constitucional, etc. Y de hecho, es perfectamente razonable que así sea. Más allá de los detalles concretos, el conocimiento de los conceptos, instituciones y principios fundamentales de cada sector del derecho es fundamental para poder desenvolverse en cualquier actividad que podamos califi car como «jurídica».
Pero por otro lado, todos coincidiríamos en que el buen jurista no es aquel que se limita estrictamente a acumular la mayor información posible acerca de las normas jurídicas positivas vigentes (tarea que, por otro lado, en el actual contexto tecnológico carece bastante de sentido), por lo que una adecuada formación jurídica no debería limitarse tampoco a este aspecto. El derecho es ante todo un instrumento para conseguir ciertos fi nes sociales y, en cuanto instrumento, su cometido es ser usado. Es aconsejable, en consecuencia, prestar atención a algunos aspectos vinculados más bien a la utilización del derecho, y no sólo relacionados con su contenido.
Es por tanto en este contexto en el que cobra sentido acercarnos a algunos aspectos relacionados con el derecho «en acción». En concreto, la presente obra aborda de manera introductoria dos ámbitos estrechamente relacionados entre sí: la metodología jurídica y la argumentación. Dicho de manera muy esquemática, la metodología jurídica comprendería todos aquellos aspectos relacionados con la determinación de la respuesta jurídica al caso (es decir, a la determinación de qué es lo que establece el sistema jurídico en relación con cierto supuesto o supuestos que estemos considerando), mientras que la argumentación se vincularía con la justifi cación de las decisiones jurídicas. Resulta evidente la estrecha relación entre ambos ámbitos, pues para que una determinada decisión (por ejemplo, una sentencia judicial o un acto administrativo) pueda considerarse jurídicamente correcta o justificada, un aspecto fundamental será que aplique correctamente el derecho, esto es, que previamente se haya determinado de manera correcta cuál es la respuesta que el ordenamiento jurídico ofrece al caso.
El libro se estructura en dos partes, dedicadas a la metodología jurídica y a la argumentación, respectivamente, y con una pretensión marcadamente didáctica, por lo que puede ser usado como texto de apoyo para la docencia. En este sentido, abunda el uso de ejemplos y no se recurre en exceso a las referencias bibliográfi cas y a las lecturas complementarias.
La primera parte (Metodología jurídica) se centra fundamentalmente en aspectos tales como la distinción entre casos fáciles y casos difíciles, la interpretación del derecho, la sistematización del derecho y los confl ictos entre principios y la ponderación. Los objetivos básicos de esta parte serían los siguientes:
- Adquirir plena consciencia de las distintas fases y actividades que comprende la tarea de aplicación del derecho, de sus principales características y de los problemas asociados a cada una de ellas, así como sus posibles vías de solución. - Conocer las principales teorías de la interpretación jurídica y las diferentes técnicas interpretativas. - Conocer y saber utilizar adecuadamente el modelo de análisis de sistemas normativos desarrollado por C. E. ALCHOURRÓN y E. BULYGIN. - Saber cuáles son las principales vías y mecanismos que tiene el jurista o el aplicador del derecho para superar las defi ciencias que puede presentar el sistema jurídico. - Tomar conciencia de la especifi cidad y de la importancia de los conflictos entre principios, así como conocer adecuadamente el mecanismo de la ponderación.
La segunda parte (Una breve introducción a la argumentación) explica las bases de la actividad argumentativa en general, aunque haciendo referencia a algunas de las especifi cidades de la argumentación en el ámbito jurídico. Se insiste en la importancia de diferenciar y tener en cuenta los dos componentes o dimensiones básicas de la justifi cación: la justifi cación interna o corrección lógica del razonamiento, y la justifi cación externa o corrección o solidez de las premisas. En relación con la justifi cación interna, se lleva a cabo una introducción muy elemental a la lógica formal, mientras que respecto a la justifi cación externa se mencionan ciertas pautas que pueden contribuir a la mejora de la calidad de las premisas utilizadas. Asimismo, ocupa un lugar relevante el estudio de las principales falacias argumentativas. Los objetivos de esta segunda parte serían los siguientes:
- Adquirir unos conocimientos básicos de lógica deductiva para ser capaces de analizar la corrección de los argumentos desde la perspectiva de su justifi cación interna, y de construir argumentos correctos desde el punto de vista lógico. - Conocer y saber reconocer los principales tipos de falacias argumentativas, a fin de evitar su uso en la argumentación y de detectarlas en los razonamientos de otras personas. - Asimilar un conjunto de reglas y técnicas básicas para llevar a cabo una argumentación satisfactoria desde la perspectiva de la justificación externa. - Tomar consciencia de las especifi cidades del ámbito jurídico en lo que respecta a la práctica argumentativa.
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