Información adicional
Colección: Monografías
¿Qué posibilidades tiene un licenciado cualquiera para ser buen abogado?
En mi opinión, muy escasas. De ahí la justificación de este libro, pues pretende servir de guía para que, con cierta disposición para ello, el lector avisado pueda llegar a ser un profesional solvente y, sobre todo, adquirir los conocimientos necesarios para poder resolver los problemas de técnica procesal que necesitará en su práctica diaria.
Ser abogado no es una tarea sencilla. Exige tener una gran capacidad de concentración y de juicio; capacidad de análisis y para realizar esfuerzos prolongados; el sentido del peligro desarrollado; capacidad de atención en condiciones que habitualmente desconcentrarían a cualquiera; capacidad de exposición escrita y oral; psicología cotidiana; visión estratégica de los asuntos; valor, etc., etc., etc. No es trabajo ni para tontos, ni para blandengues. Con el tiempo los abogados vamos desarrollando la habilidad de hacer todas esas labores con más o menos soltura y confianza, aunque, “siempre queda algo por aprender”. Con el texto que tiene en sus manos pretendemos facilitar la vida de aquellos que quieren esforzarse en aprender a ser buenos abogados. Su objetivo es trasladar a nuestra práctica las técnicas que los abogados americanos han ido desarrollando para interrogar a testigos contrarios (cross-examination), testigos propios (direct examination), interrogatorio de peritos (expert witnesses), conclusiones, demandas, contestación, etc. Así como proporcionar la bibliografía (americana) que permitirá al interesado mejorar sus capacidades como abogado.
|