Desde hace algunos años, para conseguir posiciones competitivas, además de los factores anteriores, se recurre de manera sistemática a un nuevo factor: la calidad. En los países desarrollados cada vez son más las empresas que aplican programas de mejora y aseguramiento de la calidad, bien sea a través de programas internos, bien sea a través de instrumentos normalizados como las Normas ISO 9000.No obstante, los programas de calidad se han centrado particularmente en las áreas productivas de la empresa, y en cambio apenas se aplican en el ámbito de la formación que actúa sobre las personas: sin duda uno de los principales activos con que cuentan las empresas. El presente estudio descansa en la hipótesis de que la formación continua también debe ser gestionada con criterios de calidad para obtener de ella lo mejor que nos puede proporcionar: mejorar el capital humano y, en consecuencia, mejorar la competitividad empresarial. Hasta el momento las empresas están introduciendo la Norma ISO en los procesos productivos o en algunos aspectos parciales de la gestión empresarial, pero no se conoce de ningún caso en que se haya desarrollado y se gestione una faceta tan especifica como la formación continua con criterios ISO 9000 con el detalle que en este trabajo se propone.