La acción preventiva llevada a cabo en los últimos años como consecuencia de la publicación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales se ha desarrollado como una obligación puramente. La mayoría de las actuaciones se han materializado para dar cumplimiento formal a la legislación. Habiéndose perdido excesivo tiempo en decidir qué es lo que la ley nos obliga a llevar a cabo, y cuando esto es difícil plantearnos que la legislación es mala. Hemos llegado a un punto en el que si no existiera la ley, tendríamos que inventarla, parece que sería imposible hacer prevención sin la ley, nos faltaría metodología o un guión a seguir para desarrollar la acción preventiva, cuando para hacer prevención lo único que hay que hacer es poner manos a la obra, analizar los problemas de la empresa y actuar en consecuencia,y no hacer las cosas porque lo dice la ley. No hace falta que nadie nos diga que hay que formar a los trabajadores para saber que un trabajador formado actuará mejor que uno no formado.

Este libro pretende estudiar una forma de gestión de la prevención integrada en la empresa, abarcando todos los aspectos que deben ser tenidos en cuenta en la gestión, pero sin incluir recetas mágicas para desarrollarla: gestionar es decidir continuamente qué camino tomar para cumplir los objetivos de forma más rápida y segura, es decir, de forma eficaz y eficiente.