Pocos conceptos llevan noy una existencia tan ajetreada como el de "comunicación". Concederle un momento de olvido sería casi un acto de caridad. Pero es difícil resistirse a su canto de sirena.
Este libro que el lector tiene entre las manos sólo aspira a un fin, humilde: devolver al concepto algunos jirones de genealogía que den cuenta de la historicidad del mismo, de su carácter muy siglo XX. Contribuir a su rescate para el mundo de los vivos desde ese purgatorio de intemporalidad falaz y espiritualismo demasiado humano en el que lo retienen intereses de naturaleza no teórica.