Información adicional
La práctica demuestra que los juzgados se van acostumbrando a ella paulatinamente. Pero no se puede bajar la guardia, ni mucho menos pensar que se ha conseguido ya plenamente el cambio. Todo lo contrario. Hay que seguir trabajando los aspectos más complicados, que no son pocos, contribuyendo a hacer que la realidad se acomode a la letra y al espíritu de la ley, y este libro es un buen ejemplo de ello.
|