La experiencia de estos primeros años en la aplicación de la Ley Concursal ha revelado singulares disfunciones en una de las secciones de mayor importancia en la práctica, la sección de calificación del concurso, de muy serias implicaciones para los administradores de las sociedades. La idea de que en algunos concursos se añade al patrimonio de la sociedad el de unos administradores que han sido poco diligentes en la gestión de la crisis empresarial se ha abierto paso en la práctica con gran fuerza. Pero a los problemas de fondo en la identificación y prueba de los comportamiento que dan lugar al calificación del concurso como culpable se añade una muy defectuosa configuración de la sección en sus aspectos procesales. La tesis que se mantiene en esta obra es que esos desajustes de procedimiento explican buena parta de las dudas y contradicciones que en la práctica de juzgados y tribunales está encontrando el despliegue de esta sección. No es por ello irrelevante que precisamente el RDL 3/2009 sólo haya incidido en los aspectos procesales de la misma. El presente trabajo acomete el estudio de la materia desde un examen que se ha intentado exhaustivo del material jurisprudencial acumulado en estos años, con especial atención también al nuevo escenario creado por esa reforma legal reciente.