No es mala idea incluir en una colección de biografías de parlamentarios la de Maura, porque no cabe duda alguna de que D. Antonio, como le llamaba todo el mundo, incluido el Rey, fue en su día uno de los mejores oradores del probablemente mejor momento de oratoria parlamentaria de nuestra historia: la Restauración. La biografía de Maura se apoya en tres tipos de fuentes: la documentación oral y escrita recogida de sus próximos, la presencia del político conservador en la prensa y los diarios de sesiones de las Cámaras. Muy en segundo lugar aparece, dibujando el fondo del escenario, la bibliografía sobre la Restauración disponible en la época. Nos hallamos pues, antes que nada ante una obra sobre el hombre público, elaborada a partir de fuentes públicas y ceñida poco menos que en su totalidad a la figura del líder, más como jefe del gobierno, ministro o parlamentario que como líder de una fracción liberal primero, de un partido turnante después, para terminar en jefe indiscutible de un movimiento político frustrado.