El fenómeno de la crisis como detonante de los cambios en la regulación bancaria es una constante en el Derecho del siglo XX. Sin embargo, la crisis financiera que arrancó en el otoño de 2008 ha tenido una dimensión propia, por su virulencia, internacionalización y carácter sistémico. La consecuencia es que pocas veces en la historia se han sucedido tan profundas y numerosas reformas en el sistema financiero como en los últimos cinco años.

Los trabajos reunidos en este libro ofrecen una reflexión crítica sobre la adecuación de la nueva ordenación bancaria a los principios, garantías y controles que tradicionalmente han caracterizado a nuestro Estado de Derecho. En particular se detienen en la tensión entre el logro de la eficiencia económica y la preservación de los valores jurídicos, que se ha proyectado sobre cuestiones como el sistema de fuentes, el reparto de la función de supervisión entre distintas instancias nacionales y europeas, el papel del BCE, así como la intensidad y extensión de la propia regulación bancaria en sus contenidos sustantivos.

El libro que ahora se presenta es el fruto de haber contrastado las innovaciones jurídicas ensayadas durante la crisis con las categorías propias del Estado de Derecho, y su resultado es un luminoso análisis del renovado Derecho que se está abriendo paso en el ámbito de la economía.