Colección: Cuadernos del Tribunal Constitucional

La monografía acuña el término de "brecha convencional" y la aplica al caso español y a los tres grandes vectores de condena que se han dictado por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos contra España: la falta de investigación suficiente de las denuncias de torturas y otros malos tratos (art. 3 CEDH); el no respeto del principio de inmediación en la segunda instancia penal (art. 6 CEDH); y las lesiones de la libertad de expresión por condenas penales innecesarias en una sociedad democrática (artículo 10 CEDH).

- Estudio sistemático de las condenas a España en Estrasburgo.
- En concreto, de las condenas recaídas en los artículos 3, 6.1 y 10 CEDH, específicamente por los siguientes motivos: falta de investigación de las denuncias de torturas y malos tratos; no respeto de la garantía de inmediación en la segunda instancia penal; y la vulneración de la libertad de expresión por condena penal excesiva a ojos de una sociedad democrática.
- Guía rápida y ágil de sencilla lectura para interesados en la relación entre España y el Convenio Europeo de Derechos Humanos.

Ignacio Álvarez Rodríguez es profesor de Derecho Constitucional en la UCM.

Esta obra acuña el concepto de brecha convencional y explora las que tienen su origen en las condenas contra España dictadas por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Después del estudio sistemático y exhaustivo de las mismas, se observa tres grandes fallas en cuanto al cumplimiento de las obligaciones derivadas del artículo 3 CEDH (obligación procesal de investigar las denuncias de torturas y otros malos tratos); del artículo 6.1 CEDH (ausencia de inmediación en la segunda instancia penal) y del artículo 10 CEDH (vulneración de la libertad de expresión por condena penal innecesaria a la luz de los cánones de una sociedad democrática). Los datos demuestran que España ha satisfecho con cierta diligencia las reparaciones individuales de cada caso, amén de implementar mecanismos de reparación general que quizá ayuden a erradicar tales condenas pro futuro. ¿Hacia dónde irá nuestra relación con el Convenio?