Colección: Biblioteca de Filosofía del Derecho

La mayor investigación de valor en estos días es resolver en dónde descansa la verdadera libertad, que la República de Inglaterra debe establecer en paz.

Alguien dice, eso descansa en el libre uso del comercio, y en tener suprimidas todas las patentes, licencias y restricciones. Pero esta es una libertad bajo la voluntad de un conquistador.

Otros dicen, es verdadera libertad tener ministros para predicar y para que el pueblo oiga a quienes ellos quieran, sin ser restringidos o compelidos desde o hacia alguna forma de culto. Pero esta es una libertad inestable.

Otros dicen, es verdadera libertad tener comunidad con todas las mujeres, y tener libertad para satisfacer los deseos y los apetitos apasionados. Pero esta es la libertad de las lascivas bestias irracionales, y conduce a la destrucción.

Otros dicen, es verdadera libertad que el hermano mayor sea señor de la tierra y el hermano menor sea un siervo. Y esto no es sino una media libertad, y produce murmuraciones, guerras y pendencias.

Todas estas, y otras similares, son libertades, pero todas ellas conducen a la servidumbre, y no son la verdadera libertad original que asegura una comunidad en paz.

La verdadera libertad existe donde un hombre recibe su sustento y preservación y está en el goce de la tierra; porque como hombre está compuesto de los cuatro materiales de la Creación: fuego, agua, tierra, y aire. Como él es preservado por los cuerpos compuestos de estos cuatro, que son los frutos de la tierra, y aire. Como es preservado por los cuerpos compuestos de estos cuatro, que son los frutos de la a la servidumbre y a la larga desaparece, y cesa su acción y movimiento en el cuerpo.