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La presente monografía, dedicada al estudio de la prueba documental, principia con una aproximación a los motivos que el legislador ha tenido para mantener la dualidad de sedes normativas en lo que se refiere a los documentos, puesto que con la entrada en vigor de la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil no se han derogado los artículos del Código Civil relativos a la prueba mediante documentos públicos y privados.
La obra se divide en tres capítulos, finalizando con una extensa relación de la bibliografía utilizada en la elaboración de la monografía. En la primera parte, el autor se ocupa del documento como medio probatorio, y trata sobre los diferentes aspectos de su régimen jurídico (concepto, forma y momento de aportación, valoración, impugnación, etc.)
En el Capítulo II se aborda la praxis de la prueba documental, que plantea un problema previo, como es el del acceso al propio documento por parte de quien pretende presentarlo en el proceso, ya que dicho documento puede que no se halle en poder del litigante interesado, sino en manos del adversario procesal o de un tercero ajeno al proceso.
Por último, en el Capítulo III Guillermo Ormazábal concede una especial relevancia al estudio de un medio probatorio nuevo introducido por la Ley 1/2000, como es el uso como prueba de las nuevas tecnologías (informática, telemática, cibernética y ofimática, principalmente), instrumentos absolutamente novedosos, que sin duda habrán de influir en la transformación de la imagen que hasta ahora se tenía del proceso civil como procedimiento básicamente escrito.
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